La OTAN aprobará en Madrid elevar de 40.000 a 300.000 las tropas de despliegue inmediato frente a la amenaza rusa

La OTAN aprobará esta semana en Madrid un aumento sin precedentes de sus capacidades militares. La fuerza conjunta de muy alta disponibilidad (VJTF) pasará a tener de 40.000 a 300.000 soldados, listas para ser desplegados en cuestión de días en caso de necesidad. Así lo ha explicado el secretario general, Jens Stoltenberg, en la rueda de prensa previa al inicio de la reunión en la capital española.

"En la Cumbre reforzaremos nuestras defensas de vanguardia, reforzando nuestros 'battle groups' en la parte oriental de la Alianza hasta niveles de brigada. Igualmente, transformaremos la Fuerza de Respuesta de la OTAN aumentando el número de nuestras fuerzas de alta disponibilidad hasta más de 300.000. También potenciaremos nuestra capacidad de refuerzo en situaciones de crisis y conflicto, incluyendo más equipo desplegado previamente y reservas de suministros militares. Más defensa aérea, fortalecimiento del mando y control y planes de defensa mejorados, con fuerzas preasignadas para defender aliados específicos", ha explicado el político noruego en una comparecencia ante la prensa.

La Alianza dispone de cuatro grupos en los países bálticos y Polonia y ya había decidido añadir cuatro más en los países del flanco oriental que no tenían ninguno, desde Bulgaria a Eslovaquia pasando por Rumanía y Hungría.

La OTAN quiere cambiar su forma de operar, pasar de 'parches' a estructuras en el Este, de tropas desplegadas de forma provisional y rotatoria a fuerzas permanentes. Hasta ahora no era posible, porque los acuerdos con Rusia, fijados en el Acta Fundacional que cumple ahora 25 años en su momento más bajo, lo impedían expresamente. Los bálticos piden a gritos mayor presencia, garantías más claras, lo que implicaría para empezar prácticamente doblar efectivos. Pero no todo el mundo está cómodo con la idea. A pesar de la situación actual o precisamente por eso.

En la Cumbre de Madrid la OTAN aprobará su 'concepto estratégico', la hoja de ruta de las prioridades y cómo ejecutarlas a lo largo de la próxima década. El documento debe recoger muchos vectores, pero el principal está muy claro: la amenaza del Este. "Nuestro nuevo Concepto nos guiará en una era de competencia estratégica. Quedará claro que los aliados consideran a Rusia como la amenaza más importante y directa para nuestra seguridad, y se mencionará a China y los desafíos que plantea Pekín a nuestra seguridad, intereses y valores por primera vez. También cubrirá nuestros planes para otras amenazas y desafíos, como terrorismo, los ciberataques y los ataques híbridos", ha dicho Stoltenberg.

Esa última parte es una de las que más interesan a España. El Gobierno de Pedro Sánchez pelea desde hace meses para que el papel recoja de forma más explícita los peligros del 'flanco sur' y el compromiso de la organización. Por la inestabilidad del Sahel y por las dudas sobre el paraguas de Defensa que cubre a Ceuta y Melilla. El Tratado de Washington recoge la protección para territorios en Europa o América, lo que en teoría dejaría fuera a los enclaves que se encuentran en el continente africano. Sí hace mención a las islas por encima del Trópico de Cáncer, como las Canarias, pero siempre ha habido recelos en España por la posible ambigüedad.

Gobiernos y diplomáticos aseguran que los diferentes artículos y cláusulas de solidaridad y seguridad colectiva dejan claro que si España fuera atacada en cualquiera de sus puntos, la defensa sería automática. Pero cuantas más garantías, mejor, y por eso las delegaciones pelean estos días por referencias explícitas o por lo menos conceptos como "soberanía nacional" o "integridad territorial". Algo que no valdría específicamente para España, pero mandaría más mensajes.

Pese a la presión, el interés del anfitrión y las especulaciones, el secretario general, sin embargo, ha sido una vez más este lunes poco concreto en sus palabras, poniéndose una vez más de perfil y reiterando que cualquier decisión que afectara a territorios como Ceuta y Melilla sería "política" y estaría en manos del Consejo del Atlántico Norte.

"Tenemos que entender que el asunto de invocar el Artículo y la defensa colectiva es una decisión política. Así que debe ser tomada por consenso por todos los aliados el Consejo Atlántico valorando lo que importa caso a caso, es todo lo que puedo decir sobre ese asunto", se ha limitado a decir el noruego sin mojarse ni un poco.

MÁS GASTO, EL MISMO COMPROMISO

Para financiar el despliegue en el Este, la protección del sur, las misiones, la ayuda a Ucrania y sostener los niveles de defensa pactados, hace falta dinero. Muchísimo dinero. En 2014, en Gales, los aliados se comprometieron a llegar todos y cada uno de ellos hasta el 2% del PIB en la materia, pero ahora, ocho años después, solo nueve de los 30 están allí. La organización ha hecho públicos hoy los datos más actualizados, que muestran que 19 miembros podrían legar al umbral en 2024, pero el resto no. Y entre ellos, de forma destacada, España, que vuelve a ocupar la cola de la lista, solo por delante de Luxemburgo.

España está en el 1,02% del PIB, la mitad de lo prometido y a años luz de Grecia o EEUU, que encabezan la lista con el 3,76 y el 3,47% respectivamente. El nuestro es el país anfitrión y el que menos esfuerzo relativo ha hecho en la última década en este aspecto, a pesar de que la Alianza valora su contribución a todas las misiones, el envío de tropas o material o su compromiso en otros aspectos.

Desde 2014, los aliados han invertido 350.000 millones de dólares, y van ocho años consecutivos con aumentos en Seguridad y Defensa, a pesar de las dificultades económicas y las sucesivas crisis. "El 2% se considera cada vez más el suelo y no el techo", ha avisado Stoltenberg.