LA VIDA SEGÚN PELUDO

Hola a todos:

Soy Peludo y hoy comienzo a colaborar con el periódico digital La Voz de casa. A través de los días os iré contando mi visión del mundo de los humanos, o sea, esa gente extraña.

Bueno, primero me presento. Yo soy un perro, por lo cual si cometo algún error es porque tengo 4 uñas en vez de cinco dedos.

Os voy a contar unas cosas raras que me pasaron estos últimos meses.

Yo vivía muy bien con mis tres dueños. Mi día a día era así: el jefe se levantaba a las 8 para llevar al jefe pequeño al colegio, la jefa se marchaba a trabajar y yo me quedaba durmiendo tranquilo hasta las 11, cuando mi jefe mayor me sacaba a pasear y a jugar con mis amigos, volvía a casa, comía algo, descansaba, y a las 5 me volvían a sacar. Cuando regresaba ya estaba toda la familia, cenábamos, salía a hacer pis y a dormir hasta el día siguiente. Esta era mi rutina.

De repente, un día todos los de la familia se quedaron en casa, no salían y yo salía menos, y mis amigos ya no estaban. Una cosa rarísima.

Pasaban los días y yo estaba contento, no estaba solo, me daban muchos mimos y estaban pendientes de mí. La verdad, al principio me hacía gracia, pero entre nosotros, yo los quiero mucho, pero todo el día son un poco pesados y pasar todo el día con ellos…

Con el tiempo me enteré de que todo esto era por un tal coronavirus, que debe de ser muy malo y los asusta, yo nunca lo vi. Pero ellos le debían de tener mucho miedo, pues cuando salían se tapaban la cara con una especie de trapo que se colgaban de las orejas. Yo creo que era para que el tal coronavirus no los conociera. Por otra parte, a mí no me tapaban el morro, por lo que entiendo que el tal coronavirus no tenía nada en contra de los perros, porque si lo tuviese mis dueños serían muy irresponsables por no ponerme el trapo en el morro.

Bueno están haciendo las maletas porque dicen no sé qué de una fase, supongo que nos iremos a algún sitio. Así que me despido porque me llaman, hasta la semana que viene y os sigo contando, o como digo yo: Guauuuuu