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26/5/2022
Los precios de los alimentos de origen agrícola subieron un 31 % en el 2021 y lo harán otro 23 % en el 2022 debido al incremento generalizado de los costes de los combustibles, la electricidad y los fertilizantes que ha traído aparejado la pandemia, primero; y la guerra de Ucrania, después. Y esto repercute directamente en el coste de la cesta de la compra de los europeos, que tendrán que desembolsar este año de media 243 euros más que en el 2021.
Son los datos que revela el informe European food inflation elaborado por los expertos de Allianz. En España la problemática es la misma que en el resto de Europa, aunque, en su caso, las cifras apuntan a un encarecimiento menor que el que soportan de media los europeos. Para los españoles serán 200 euros extra. Y todo porque a los años de bajo rendimiento agrícola se ha sumado la invasión rusa de Ucrania, que afecta al suministro de alimentos básicos como el trigo o el aceite, con su correspondiente impacto en los precios de los productos alternativos.
En total, los europeos dedican 2.287 euros al año a surtir sus despensas, mientras que en nuestro país el importe se reduce a 2.100 euros, una cifra que subirá hasta los 2.300 por la escalada de la inflación. Y la situación podría ir a peor ya que los precios de venta al público de los alimentos aún no están reflejando en la misma proporción el aumento de los costes de las materias primas de los últimos 18 meses.
El aceite, lo que más sube
El informe indica que los productores de alimentos y bebidas de la zona euro ya han incrementado sus precios en un promedio del 14 % desde principios del 2021. Y en los supermercados, los aumentos de precio más significativos han sido los de los aceites (+53 %), las harinas (+28 %) y la pasta (+19 %), pero el promedio es un ajuste de solo el 6 %, lo que significa que los minoristas no han trasladado al consumidor final ni la mitad del incremento de precios de los productores.
El estudio elaborado por los expertos de Allianz explica que los episodios de alta inflación que se han registrado en el pasado muestran que los precios minoristas se ajustan a los costes de producción «con cierto retraso». Es decir, que la alta inflación unida al descenso del volumen de ventas en las tiendas tras la pandemia añadirán presión a la rentabilidad de los negocios, lo que probablemente se traduzca en un «incremento de los precios finales para el consumidor», indican.
Ayudas sociales
Este aumento de los precios de los alimentos, que se suma a un incremento generalizado del coste de la vida (combustible, electricidad, alquileres, alimentos que se consumen fuera del hogar, etcétera), «reaviva los debates sobre posibles ayudas sociales para aliviar la carga de los hogares más vulnerables», incide el informe.
fuente: La Voz de Galicia